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Xochicuicani
Maestro en Arte Moderno y Contemporáneo, músico, poeta y loco; ingeniero en acústica, metrólogo.
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viernes, 31 de julio de 2009

Una brevísima nota sobre el Pop Art y la Cultura de masas

En esta ocasión no hablaré del Pop Art desde un punto de vista crítico o estético, ni abordaré a sus protagonistas, sino que se trazara un breve esbozo de la intersección que tiene este estilo con la cultura de masas, aunque centraré mi atención en el arista pop por antonomasia, Andy Warhol.

El arte, a finales de los años cincuenta del siglo pasado, cedió a la banaBrillo Boxlización de la imagen y a la trivialización del tema. Parte de ello pudo obedecer a factores como la facilidad de la reproducibilidad de la obra de arte, el advenimiento de los medios masivos de información, el cansancio y falta de comprensión de ese público masivo ante las obras de arte con una fuerte carga abstracta e intelectual. Además, la ya muy popular “máquina de sueños” en que el cine se convirtió como una forma de entertaining y evasión, y generadora de nuevos iconos y dioses de la naciente cultura capitalista avanzada; sociedad que se levantaba después de una fuerte recesión y que había activado su economía con las ganancias de la Segunda Guerra Mundial. Mienaatras que Europa había sido devastada y en cierta medida aceptaba no sin recelo la ayuda de esta nueva sociedad emergente. La nueva sociedad industrial traía consigo el sueño y la ingenuidad de la Modernidad así como la promesa de la felicidad, el principio capitalista per se, producir más con el mínimo esfuerzo.

El Pop Art acercó el Gran Arte a la cotidianidad. O tal vez viceversa. La gente no podía entender el expresionismo abstracto y se empezaba a sentir identificada con las imágenes mediáticas que formaban esta propuesta. Una parte del Pop británico criticaba el american way of life; otra, por lo contrario, lo veía con una ingenua admiración. El pop art no solo convirtió la trivialidad en un tema digno de tratamiento estético, sino que también reflejó cada vez más los iconos de la cultura de masas de una forma inteligente y crítica[1]. El estilo se orientó a partir de la reivindicación de que el arte debía ser ante todo, inteligente. A pesar de la banalidad de la obra, los medios estilísticos no lo eran. Sin embargo, del lado americano, quienes se apropiaron del estilo, obtuvieron mucha inspiración de la publicidad (hay que recordar que Andy Warhol fue publicista). En este caso, el pop art recibía su nombre por lo que representaba: los símbolos de la producción y el consumo de masas, desde Mickey Mouse hasta las latas de sopas y la coca-cola; películas e ídolos de Hollywood y novelas de ciencia ficción. Abrieron las puertas entre el arte y la vida cotidiana y no temieron insertar elementos Kitsch. No era completamente realista (más bien tenía un toque reduccionista y trivial). Si bien es cierto que el Pop Art sería, como es, importante en la obra de grandes artistas, sus raíces se pueden rastrear desde Duchamp y Dadá. Mientras que Duchamp se apropiaba de los objetos cotidianos para contextualizarlos en un ambiente distinto al de su origen, los artistas como Warhol no sólo recontextualizan sino que se apropiaban del objeto, sobre todo de aquellos producidos en serie como parte del proceso industrial avanzado.

Para Hamilton, todo arte moderno debía cumplir con determinadas cualidades que él estaba buscando en su obra, mismas que enumeró en 1957: popularidad, transitoriedad, desechabilidad, ingenio, sexualidad, artimañas y atractivos. Debía ser de bajo costo, producido en masa, joven y resultar un Gran Negocio[2].

Hans Richter sentenció al Pop Art como el registro de la aceptación del artista y de la conformidad con el consumismo contemporáneo[3]. Algunas características de este Pop Art más genuino fueron: la ampliación, la renuncia a la expresividad, un toque impersonal, limitación temática a los artículos de consumo comerciales existentes y a la imaginería de los medios de comunicación de masas, la renuncia a toda ideología, crítica y referencia metafórica y la preferencia por los procesos de la reproducción técnica. Viéndolo en función de estas características, el Pop Art es un estilo propio y auténtico nacido dentro de la sociedad industrial avanzada contemporánea. Artistas como Andy Warhol, que usaron técnicas de reproducción como la serigrafía, que no mostraban más que la ideología del american way of life y las imágenes de los ídolos populares del momento. El trabajo mínimo con la máxima ganancia. En este sentido, los objetos de consumo son impersonales (como lo que se pretende en este arte), para un público masivo dispuesto a consumir.

Warhol es prácticamente sinónimo de Pop Art. El artista se veía a sí mismo como un patrón que daba órdenes a sus obreros en la realización de la obra, en la que él, de hecho, casi no metía las manos aunque tuvieran su nombre. De hecho, hoy en día este tipo de proceso de creación artística sigue siendo usado por una gran cantidad de artistas. En Warhol se ve el inicio de la posmodernidad en el arte. Aprovechaba el sistema de superstars y era, en fin, un tipo popular. Hagamos un paralelismo tal vez un poco forzado con Andy Warhol; Oscar Wilde era un personaje muy conocido en la Inglaterra victoriana, que hasta la gente de la aristocracia pensaba que quien no conociera a Wilde, no era nadie. Warhol estaba en el círculo de los cantantes, actores, divos y divas, así como artistas de vanguardia más importantes de la época. “Ella es Sony, mi esposa”, solía decir, refiriéndose a su grabadora japonesa[4]. Desde ahí es posible observar esa tendencia a la fetichización del objeto de consumo, tan característico de Warhol y mostrado en su obra. Así, el término pop significa mercantilización extrema, moda, fetichización. Andy Warhol - 4 Marilyns

El arte de Andy Warhol muestra la vaciedad de nuestras representaciones en el capitalismo mercantillizado[5]. Además, con representaciones morbosas, pareciera querer anestesiar nuestra reacción ante las imágenes de violencia que nos presenta: la señora Kennedy después del asesinato de su marido; Marilyn Monroe después de su suicidio, "fotos" de criminales, accidentes automovilísticos, la silla eléctrica, funerales de gangsters, disturbios raciales. Wharhol presenta las imágenes en repeticiones con cambios sutiles y burdas aplicaciones de color en serigrafía, por ejemplo, como una especie de serie de cuadros de película que quisieran guardar en la conciencia, como una especie de continuación del Surrealismo. El poeta y crítico de arte Frank O'Hara señaló una vez que mucho del pop art era esencialmente una "escenificación", un intento imperturbable de descubrir exactamente cuánto habrá de tragarse el público[6]. Este tipo de imágenes son ya comunes en la cotidianeidad, donde después de hablar de los muertos en la guerra, se informan los resultados de la selección nacional de fútbol. En ese sentido, nuestro subconsciente está adormecido ante este tipo de imágenes y ya es posible verlas de manera normal, antes de dormir o mientras se come.

¿Se debe descalificar al Pop Art por la falta de compromiso? El mensaje de la obra artística, tomando en cuenta algunos planteamientos de Umberto Eco y Arthur Danto, tiene un lenguaje ambiguo y puede dar lugar a lecturas e interpretaciones diversas. Es innegable que el Pop Art trajo consigo nuevos aires a la plástica. Tal vez era la salida lógica ante la total intelectualidad del arte gestual. Warhol era conocido por sus respuestas frugales y no daba más información que monosílabos afirmativos o negativos. Aún más, terminaba él haciendo las preguntas y respondía lo que se le venía en gana. Por lo tanto, si se le preguntaba si intentaba criticar a la sociedad, únicamente respondía que no. Y de hecho, no lo hacía. ¿O tal vez debiéramos ver en Andy Warhol y en ciertos aspectos de su Pop Art como parte del proyecto unidimensional en el sentido marcusiano que se forjaba de manera más brutal? Esto haciéndonos aceptar la mediatización de las imágenes, la repetición y la falta de conciencia.

Chanel Se pueden hacer, pues, distintas lecturas ahora que estamos a décadas de distancia. Y tal vez, aunque no pretendiera criticar desde dentro al arte y al pseudo arte que se estaba haciendo en su momento, o la sociedad que se estaba cerrando cada vez más en el consumo, muchas de sus obras pudieran leerse de una forma crítica, encontrando los puntos contestatarios frente la sociedad de masas. Aún así podemos quedarnos con tal vez la lectura aceptada de que este movimiento es una forma de rendir tributo a la cultura del consumo.

Pudiera ser un buen ejercicio, al final de cuentas.



[1] Ruhrberg K. et al. 2003. “El rostro del siglo” Arte del Siglo XX. Editorial Océano. México.

[2] www.imageandart.com/tutoriales/historia_arte/pop.html

[3] Ruhrberg, op. Cit.

[4] Fresan, http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/radar/9-1675-2004-09-23.html

[5] Vidal, http://www.cica.es/huespedes/gittcus/warhol-vidal.htm

[6] Fraticola, op. cit.